El desconocido te blanco


Seguro que alguna que otra vez has oído hablar del te blanco y te has quedado que no sabes bien a qué se refiere. Quizá lo has probado o te ha dado cosa porque los tés más conocidos son el rojo, negro y verde (también los más consumidos). Pero el té blanco existe. ¿Te hablamos de él?

El te blanco

Una curiosidad sobre el té blanco que quizá no sabes es que toma su color (o mejor dicho su denominación) porque los huertos de té blanco se ponen siempre a la sombra de las montañas para evitar la clorofila (es decir, el que se vuelva de otro color como verde).

Es por eso que el té blanco es un té que cuesta más saborear porque, aunque no lo creas, es más insípido, y aún así lo podrás notar.

Tiene muchos beneficios para la salud al ser uno de los tés con mayor antioxidantes, incluso más que otros tés. También consigue combatir el envejecimiento de la piel y elimina grasas.

El te blanco previene el cáncer

En este caso no podemos asegurarte que, al tomarlo, ya no vas a tener riesgo de cáncer. Lo habrá, pero al menos tienes la herramienta para conseguir disminuir ese riesgo porque inhibe el crecimiento de células cancerígenas, sobre todo en la zona del colon, próstata y estómago.

Baja la presión arterial

Si tienes una presión arterial alta, junto con la medicación que te haya recetado tu médico, puedes también tomar té blanco porque mejora el funcionamiento de las arterias al aligerar la sangre.

Baja el colesterol

Lo mismo sucede con el colesterol malo, el LDL, al que ataca el té blanco para disminuirlo y aumentar, al mismo tiempo, el colesterol bueno.

Protege el sistema circulatorio

Y al propio corazón. De hecho, según estudios, dos tazas de té blanco al día ayudan a reducir en un 50% los ataques al corazón.

Fortalece los huesos

Según los estudios, las personas que toman té blanco regularmente consiguen aumentar la densidad ósea y tienen unos huesos más fuertes además de ayudar a quien padece de artritis y osteoporosis.