La leyenda del té blanco


Como sabes, hay muchos tipos de tés diferentes. Los más conocidos suelen ser el té negro, el té rojo y el té verde. Pero hay otros más, como el té blanco.

El té blanco es una de las variedades que se recoge antes, de ahí el color que adquiere el té y el sabor tan diferente con respecto a otros tés.

Sin embargo, este té tiene una leyenda sobre su origen, que no está de más conocerla. ¿Quieres saber cuál fue el inicio del té blanco?

Hace mucho, mucho tiempo, en la tierra de Fujian, hubo una sequía que impedía que los hombres y mujeres pudieran cosechar nada. No había forma de que creciera nada y así estuvieron estación tras estación.

Por si no era poco, empezaron a sufrir una plaga que diezmó el lugar ya que muchos fallecieron. Fueron los ancianos los que, viendo que su pueblo se consumía, hablaron de una planta sagrada que crecía al lado del pozo de un dragón. Esa planta era su única esperanza pues, con ella, podrían hacer fértil la tierra y curarían a los enfermos.

Muchos de los jóvenes del pueblo se ofrecieron a buscar la planta y partieron rumbo a las montañas, donde se decía que estaba. Pero ninguno regresó.

Dos hermanos y una hermana fueron de los últimos en partir. Primero lo hizo el hermano mayor, pero no regresó. Después, lo hizo el segundo, y corrió con la misma suerte. Finalmente, y triste por haber perdido a sus hermanos, la hermana se marchó del pueblo para saber qué les había pasado a sus hermanos y para hacerse con la planta.

Cuando llegó donde estaba el dragón, vio que había muchas figuras de hombres convertidos en piedra. Y, con su astucia, consiguió enfrentarse al dragón y matarle con una flecha.

Cogió la planta sagrada y, con unas gotas de ella, devolvió a la vida a los hombres regresando al pueblo. Curaron a los enfermos y, con las semillas, sanaron la tierra que volvió a ser fértil. Y se dice que esa planta sagrada es en realidad el té blanco.