Palmeras de hojaldre, un buen acompañante para una taza de té


Si eres de los que suele acompañar el té con algún dulce, es probable que, lo más normal, es que lo hagas con unas galletas o incluso con un bizcocho. Sin embargo, no es lo único con lo que casa bien el té (de cualquier tipo). Por eso hoy te vamos a ayudar a hacer un postre muy rápido de hacer y además barato, que en cuestión de minutos tendrás para tus invitados, o para ti misma.

Se trata de unas palmeras de hojaldre que puedes preparar en 20 minutos y que, al ser pequeñas, no tendrás dificultades en tomar solo unas cuantas para acompañar tu taza de té.

Para ello, solo vas a necesitar una base de hojaldre y azúcar. Nada más. ¿Ves qué fácil? Aquí tienes la receta:

Ingredientes:

  • Una base de hojaldre (puedes comprarla en los supermercados, de esas que vienen enrolladas).

  • Azúcar para espolvorear.

Preparación:

  • Lo primero que necesitas es encender el horno. Como lo que queremos es que se caliente, pon las dos resistencias y a máxima potencia.

  • Ahora coge el hojaldre y desenróllalo. Ten cuidado al hacerlo para que no se rompa. Si ves que ha quedado con montículos, intenta aplanarlo bien. Hay dos tipos de hojaldre, los que te dan una base redonda y los que la dan rectangular, tenlo en cuenta si te resulta complicado el siguiente paso.

  • Toca enrollar de nuevo la base pero por cada extremo. Es decir, empieza a enrollar desde la derecha hasta el centro de la base y haz lo mismo desde la izquierda al centro. Así tendrás una nueva base en forma de rollo pero unidos.

  • Coge un cuchillo y mójalo en agua. Ahora empieza a partir el hojaldre con un ancho de 1 centímetro para que no sean demasiado delgadas. El resultado serán pequeñas palmeritas.

  • Coloca cada palmera en una placa del horno (con papel del horno) y espolvorea azúcar por encima de ellas.

  • Mételo en el horno y baja la temperatura a 200ºC. Normalmente en unos 10-15 minutos las tendrás listas.

Mientras esperas, puedes ir calentando el agua para el té. Recuerda que puede ser cualquier té, ya sea dulce o más ácido porque el contraste será muy apetitoso.

¡Bon appetit!